Desde chiquita me gustaron las películas. De ciencia ficción, de descubra al asesino, de miedo, de superhéroes…
Con el correr del tiempo, y aún en la tierna infancia, descubrí el gusto de pasar de las películas a los libros.
Una vez que sucumbí al embrujo de los libros, la lectura se convirtió en un vicio que hasta ahora me tiene presa.
Pero el cine… ahhhh el cine… eso es otra dimensión! Y cómo influye en nuestra vida diaria!!
Aquellas memorables tardes cuando con mis hermanos nos internábamos en el cine…
Qué divino comprar millones de golosinas y sumergirnos en la negrura de la enorme sala con butacas de cuero y cortinado rojo sobre la pantalla! Cuántas emociones!
Todavía hoy nos reímos cuando nos acordamos de la vez que salimos de ver “The Blair Witch Project”. Era ya de nochecita y había comenzado a lloviznar… Qué chucho, manucho!!!!
Sigo disfrutando de esas sensaciones, sobre todo porque ahora SALGO del cine con ÉL.
=)